Los madrileños llevábamos esperando durante muchos años una nevada que no produjese harinada, sino un buen manto de nieve en todas las superficies. Pues este deseo nuestro se cumplió el pasado 5 de febrero de 2018. Tras en el fin de semana anterior haberse posado una bolsa de aire frío desde el norte peninsular, las temperaturas se desplomaron intensamente en toda la península llegando a valores en algunos puntos por debajo de los -10ºC. Por ello (y por la llegada de aire húmedo), se dieron avisos amarillos y naranjas en casi toda la Península por frío, nevadas y aludes.

En Madrid, el domingo 4 de febrero tuvimos una mañana de nieve pura (de 10:30 a 17:00) que apenas llegó a harinar un poco, pero al día siguiente (y curiosamente casi con menos probabilidad que el domingo) la nieve se volvió a dejar notar en la capital pero de manera mucho más intensa. En algunos punto de Madrid como en San Blas, llegó a estar nevando desde las 9:00 hasta las 15:45 de manera moderada e incluso torrencial. De esa manera se creó una capa de unos 3 o 4 cm de nieve que superó a las nevadas posteriores a 2011. Por último, queda decir que debido al frío invernal que hemos tenido a lo largo de toda esta semana, la nieve que se situaba en fachadas norte en donde nunca daba el sol, a día de hoy no se ha llegado a derretir todavía. Tanto era el frío y la humedad, que gran parte de esta nieve que permanece en el suelo se ha convertido en hielo siendo mucho más peligroso que la nieve inicial.

Tras 7 años de muchas decepciones en cuanto a nevadas, por fin los madrileños hemos tenido lo que tanto deseábamos. Ya sólo queda alguna que otra nevada en todo lo que queda de invierno. Adjuntaría fotografías del evento, pero ahora me es imposible hacerlo.